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Agricultura de Precisión
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El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL) se ha consolidado en los últimos años como motor de modernización y sostenibilidad del campo en la Comunidad, especialmente a través de la apuesta por la agricultura de precisión. Sus dos líneas de trabajo fundamentales -los sistemas de dosificación variable y los servicios de posicionamiento para guiado/autoguiado- ya no son proyectos puntuales, sino herramientas consolidadas y accesibles para muchos agricultores. .
Por un lado, los sistemas de dosificación variable permiten dividir cada parcela en celdas pequeñas del orden de 100m² para aplicar la cantidad precisa de insumos (fertilizantes, semillas, fitosanitarios) según las necesidades reales del suelo y del cultivo. Este enfoque incrementa la eficiencia agronómica, reduce gastos innecesarios, y minimiza la carga ambiental. En este sentido, la plataforma digital del Instituto, SATIVUM, se ha convertido en una herramienta de referencia: a fecha de noviembre de 2025 cuenta con cerca de 6.000 usuarios activo, con cerca 15.810 explotaciones registradas. Gracias a ello, muchas de éstas adaptan dosis a las necesidades reales, lo que redunda en un uso más responsable de los recursos.
Por otro lado, los servicios de guiado y autoguiado basados en señales GNSS, con precisión centimétrica en tiempo real (RTK), se han convertido en un pilar de la mecanización moderna: la red de posicionamiento del ITACyL cuenta ya con decenas de miles de usuarios registrados ¿a fecha de noviembre de 2025, cerca de 13.850 según los datos recientes¿ de los cuales casi 6.000 la han utilizado el último año. Este sistema permite conducir maquinaria agrícola con gran precisión, incluso en horas nocturnas, reduciendo la fatiga del operario, minimizando solapes de pasadas y optimizando los tiempos de laboreo.
Pero el impacto va más allá de la eficiencia: la combinación de 'dosificación variable + autoguiado' contribuye de forma directa a la sostenibilidad del medio rural. Al aplicar sólo lo necesario, en el sitio preciso y en el momento adecuado, se reducen los excesos de fertilizantes y pesticidas, se disminuye la erosión del suelo y se mejora la salud del ecosistema agrario. Además, la digitalización del campo refuerza esta transformación, al ofrecer formación, herramientas tecnológicas y acompañamiento a agricultores y ganaderos para que adopten estas soluciones de forma rentable y sostenible.
En definitiva, el ITACyL está guiando a Castilla y León hacia un modelo de producción agraria más inteligente, rentable y respetuoso con el entorno. Gracias a su impulso, la agricultura de precisión ya no es una promesa: es una realidad tangible, con miles de parcelas registradas, miles de usuarios, y un impacto real sobre la competitividad y la sostenibilidad.
